Hay casas que no solo se construyen con piedra, madera o planos... se construyen con historias. Esta vivienda nació del amor de una familia, de un sueño compartido entre dos personas que, en 2001, compraron un terreno a los pies de la sierra para crear su refugio, su hogar. En 2005, lo hicieron realidad: una casa sólida, hermosa, con carácter, pensada para crecer, para reunir, para disfrutar. Desde el primer paso en la parcela se percibe que no es una casa cualquiera. Cada rincón refleja cuidado, cada estancia transmite armonía. En la planta baja, un apartamento semiterminado espera nuevas ideas: un espacio para invitados, para trabajar desde casa o para que un hijo empiece su independencia. Desde aquí se accede a la joya del exterior: una cocina de verano acogedora, una piscina con vistas a la montaña y una terraza perfecta para atardeceres que detienen el tiempo. La planta principal fue el corazón del hogar: tres dormitorios, una gran cocina donde se cocinaba en familia, y un salón con alma, donde se compartían risas y vida. En la planta superior, el futuro se dibuja como quieras: zona de trabajo, apartamento independiente, espacio creativo… todo bajo techos abuhardillados que miran al horizonte con una calma que solo el entorno natural puede ofrecer. Esta casa fue hogar, refugio, lugar de crecimiento. Ahora busca a quien quiera escribir el siguiente capítulo. Y si eres de los que sienten la energía de un lugar nada más entrar… esta casa te va a hablar.